Dos creativos, un profesional de agencia de medios y un catedrático forman el cuarteto de nuevos académicos de honor de la Academia de la Publicidad que recibió ayer su distinción en el salón de actos del Museo Nacional del Prado, durante una ceremonia celebrada ante un público reducido y retransmitida en directo a través de internet con el apoyo de los medios técnicos y humanos de Antena 3.
El director de Comunicación del museo, Carlos Chaguaceda, dio la bienvenida a los asistentes con unas palabras en las que se refirió al papel del arte en la sociedad.
Carlos Chaguaceda
Le respondió el presidente de la Academia de la Publicidad, Pablo Alzugaray, tributando un homenaje de la publicidad al arte. “Nuestra profesión -dijo- está hecha de arte y de ciencia. La proporción de las partes cambia en cada proyecto, pero en todos, absolutamente en todos, concurren ambas. La parte del arte es decana, porque estaba antes. Y eterna, porque estará siempre. La publicidad no es tal, si no consigue expresar. Y qué es el arte sino expresión”.
“La publicidad se inspira en el arte y, a la vez, lo inspira. Nos aporta lenguaje, estética y armonía. Y, a tanto, intentamos corresponder, modestamente, con síntesis, notoriedad y elocuencia”.
“La publicidad es una disciplina mestiza, que toma de otras artes materia, para mantener a raya su incertidumbre. De la literatura, del cine, de la fotografía, de la música, del diseño, del video y, por supuesto, de todas las artes plásticas...”.
“Por eso lo que hacemos es siempre reflejo de su tiempo. El reflejo, más completo de los anhelos, inquietudes, aspiraciones y tensiones, eso que llamamos insights, de cada generación”.
Dedicó el presidente de la Academia unas palabras a Julián Bravo, Académico de Honor (ADH) y fundador de la Academia, presente en la ceremonia a pesar de su delicado estado de salud: “Sin lo que tu empezaste hoy no estaríamos aquí”, reconoció. Y también pidió un minuto de silencio para los tres ADH fallecidos desde la última ceremonia: Leopoldo Pomés, Michel Malka y Savador Pedreño.
Pablo Alzugaray
Publicitario del año
A continuación, Alzugaray presentó al nuevo Publicitario del Año, un galardón que el Jurado de la Academia otorga bajo los mismos cuatro principios de la institución -Mérito, Integridad, Generosidad y Ejemplaridad- pero sin el requisito de los veinte años de profesión. Nuevamente ha sido elegida una publicitaria, Sofía Rodríguez-Sahagún, como en el primer año que se concedió esta distinción (Eva Santos, en 2018).
Alzugaray hizo un recorrido elogioso por la destacadísima carrera profesional de esta ejecutiva que ha gestionado la comunicación de marcas como ING, IKEA, Vodafone o, actualmente, BBVA a escala global.
Sofía Rodríguez-Sahagún respondió con palabras que reforzaron la idea de que la publicidad es un trabajo en equipo y citó a muchas de las agencias con las que ha trabajado y algunos de los momentos más emocionantes que ese trabajo le ha ido reportando.
Llegó así el momento cumbre con el nombramiento de los nuevos Académicos de Honor y sus discursos, siguiendo una liturgia que fue la misma de los últimos años.
Así, cada uno de ellos fue presentado por otro académico de honor antes de que el recién nominado pronunciara su discurso de aceptación.
Pablo Alzugaray entrega el premio a Sofía Rodríguez-Sahagún
Isabel Yanguas presenta a José María Casero
Isabel Yanguas hizo la laudatio de José María Casero, profesional clave en la concepción de las modernas agencias de medios en España, de quien destacó que “siempre ha buscado el trabajo bien hecho”. “No conformarte con la rutina. Saber dirigir. Considerar la competencia como un adversario, no como un enemigo. A través del tiempo siempre supiste rentabilizar y promover el trabajo en equipo. Fuiste y eres generoso para compartir conocimiento y experiencia”, dijo Isabel Yanguas del fundador de Ymedia y ex CEO de Zenith Media.
José María Casero, por su parte, dedicó su intervención a un genio de la propaganda del periodo que va de 1920 a 1940, desconocido para la gran mayoría: Willi Münzenberg
“Desarrolló la estrategia de comunicación más audaz, innovadora y poderosa de la historia de nuestro tiempo, posiblemente la más eficaz de todas. También la más duradera, pues tuvo lugar hace un siglo y no es aventurado pronosticar que su influencia pervivirá. Fue el creador del impulso, sostenido, que asoció a la izquierda con los intelectuales, y unió inseparablemente a ambos con el progreso, fijó las bases de su superioridad moral y determinó lo que era políticamente correcto”, dijo entre otras cosas del alemán que fue Jefe de Propagada de la Internacional Socialista en Occidente por designación directa de Lenin.
Isabel Yanguas presenta a José María Casero
Agustín Medina presenta a Raúl Eguizábal
Agustín Medina se ocupó de presentar a Raúl Eguizábal, catedrático de Publicidad de la UCM, autor de obras fundamentales para el estudio de la Publicidad en España y siempre esforzado en aproximar los mundos académico y profesional.
“Hoy -dijo Medina-, que la industria está convulsa, que se invierte menos que nunca en formación de nuevos profesionales, es un auténtico lujo contar en nuestra profesión con alguien como Raúl, que mantiene la antorcha de la cultura y aporta seriedad, profesionalidad y carácter a nuestra profesión”.
Eguizábal también dedicó su discurso de aceptación a otro profesional del pasado, este más conocido y reciente, el publicitario español afincado en México Eulalio Ferrer (1921-2009). “Santanderino, pues, de nacimiento, mejicano por elección y obligación, publicitario por vocación, Eulalio Ferrer ha sido una guía y un maestro de publicitarios, o de publicistas como le gustaba decir a él, a lo largo de muchas décadas, a un lado y a otro del Atlántico”, dijo Eguizábal. Autor de cuatro decenas de libros, entre ellos Aportación a un estudio del lenguaje publicitario, Ferrer fue un empresario de enorme éxito y también el primer publicitario en ingresar en una Academia de la Lengua, concretamente en la Mexicana, ya con 71 años, un reconocimiento a la Publicidad que en España aún no se ha producido. El premio internacional de la Fundación Cervantina de México lleva su nombre.
Agustín Medina presenta a Raúl Eguizábal
Augusto Macías presenta a Ricardo Pérez
Augusto Macías se ocupó de introducir la figura del nuevo Académico de la Publicidad, Ricardo Pérez.
“Sus campañas han sido éxitos de verdad durante todo este dilatado tiempo. Sus campañas han abierto mercados, han convertido a sus marcas en apellidos familiares. Ricardo dice, y es verdad, que la publicidad debe entenderse, y la marca recordarse. Y es cierto que hay anuncios que gustan, pero la marca, si te he visto ni me acuerdo. Y Ricardo insiste en que un anuncio del que se recuerda lo que pasa, pero no la marca que lo pasa, no es genial, es fatal’”, terminó parafraseando el veterano publicitario a su nuevo compañero.
En su respuesta, Ricardo Pérez, quien admitió que este era un nombramiento largamente esperado por él, sin duda uno de los creativos más singulares de la publicidad española, dedicó sus palabras a eso, a la singularidad que él encarna.
“Ante el dominio imparable de los grandes grupos globales, yo pido que no dejemos de cultivar esa especie en vías de extinción que es la personalidad individual, esas raras avis que vuelan a su aire. Los versos sueltos dan vidilla y carácter a una profesión creativa que necesita tener cara y ojos (lo único que dejan ver las mascarillas)”.
El mago de las palabras y los doble sentidos fue muy directo al referirse al abandono de la palabra publicidad. “Quitar el secular apelativo de agencia de publicidad es como arrebatarnos el DNI o el ADN a los publicitarios. La agencia es nuestro castillo y en ella hemos pasado lo mejor y lo peor. Bastante la van a echar de menos los que teletrabajan”.
Y finalizó con cuatro frases propias de su estilo de siempre: “Las raras avis dan vuelo a la publicidad”. “El humor es el mejor soporte para que la publicidad se soporte”. “Copy es cool. Traducción libre: la palabra es guay y escribir mola”. Y terminó: “Creamos más en la creatividad y en la agencia de publicidad. Así. Sin vergüenzas”.
Augusto Macías presenta a Ricardo Pérez
Félix Muñoz presenta a Manuel Valmorisco
Por último, Félix Muñoz hizo la loa de otro gran creativo de larga carrera, Manuel Valmorisco
“Déjenme contarles -dijo entre otras cosas- lo que, bajo mi personal punto de vista, es un buen creativo. Por definición es curioso, está siempre aprendiendo, pero no de lo suyo. Aprende de todo. Tiene esa capacidad de combinar en su cabeza todo eso, y sacar esa nueva idea que soluciona un viejo problema. Un buen creativo es un rebelde, un inconformista. Y un excelente creativo defiende sus principios, porque los tiene, y argumenta sus ideas, porque cree en ellas. Este que acabo de describir es el Manolo Valmorisco creativo; el publicitario. El hijo de un escaparatista de Galería Preciados”.
El último discurso de la ceremonia, que fue conducida por el secretario de la Academia, David Torrejón y ambientada con los temas en directo de la DJ Elena Piti lo dedicó Valmorisco a repasar aquellos momentos de su carrera en los que como dijo “se cayó del caballo”
“Creer -dijo como ejemplo- que tenía el método infalible duró poco. En 1979 el inmenso Rafael Baladés, de Delvico, escribe Libertad sin ira para lanzar Diario 16. Un éxito instantáneo. Nada de producto. Pura conexión con el momento social y las esperanzas de una transición sin sangre”. Y así fue recorriendo momentos de epifanía: “En los 90, la vanguardia creativa despreciaba la publicidad de eficacia con sus fórmulas y sus demostraciones. Nos parecía manida y facilona. Nos equivocábamos. Grey lanzo Fairy con Villaarriba y Villaabajo y su onda expansiva llega hasta hoy”.
Y finalizó con una mirada positiva y optimista. “Estos años he observado el negocio con detenimiento. En este siglo hay mucho trabajo tan bueno o mejor que en los 80, época insuperable para algunos”. Y citó ejemplos recientes de ello. “La publicidad es una rama del árbol de la cultura universal y, como en poesía, música o pintura, unos abren la trocha para los demás, solo hay que estar dispuesto a admirar los éxitos ajenos y avanzar con ellos. Así, además se mantiene uno siempre joven”.
Félix Muñoz presenta a Manuel Valmorisco
Al final de la gala se repartió un opúsculo que recoge los discursos de los nuevos Académicos de Honor.